Buscar setas en la Sierra de Madrid

En la Sierra de Madrid los duendecillos, gnomos y demás criaturillas del bosque están inquietos, se afanan en esconder los pequeños tesoros que  emergen en el suelo del bosque pero no lo consiguen, ha llegado el momento en que la naturaleza nos ofrece uno de sus mejores tesoros y es imposible detenerla. A lo lejos se escucha la llegada de recolectores que les quieren arrebatar sus preciados manjares.

De pronto un duendecillo se ve sorprendido y da un salto para esconderse bajo las ramas de un enebro. Una extraña figura se va acercando entre los pinos, va pertrechada con raros objetos, una cesta de mimbres le cuelga de un brazo y en el otro lleva un largo palo en el que se apoya para no resbalar y a veces lo utiliza para remover cuidadosamente la tierra. También lleva un objeto brillante de aspecto amenazador con el que corta unos helechos que deposita en el fondo de la cesta.

A paso lento va escudriñando la hojarasca de suelo del bosque de esta Sierra Norte y de pronto se detiene ante un pequeño bulto que destaca en el suelo, se agacha y con delicadeza retira las agujas de pino que lo cubren.

Una sonrisa de oreja a oreja se dibuja en el rostro del invasor que exclama «por fin, el primer hongo de la temporada, un boletus edulis». Con sumo cuidado recolecta el ejemplar para no dañar sus raíces, lo limpia bien y lo deposita en su cesta de mimbre.

El otoño ha llegado a la Sierra Norte de Madrid regalándonos otra oportunidad para el disfrute. La recogida de setas es una actividad que permite gozar de la naturaleza sin prisas y deleitarse en cada paso por el bosque observando los tonos ocres y amarillos del otoño. Si algo sabe un buen setero es que la prisa no es buena compañera, un caminar lento por el bosque ayudará a su conservación y dará mejores frutos.

Una escapada imprescindible en otoño en la Sierra de Madrid es la dedicada a la micología, la búsqueda de setas ya sea para su recolección o para su inmortalización con una buena fotografía.

En los alrededores de nuestras casas rurales Saika Rural, así como en las diferentes zonas del Valle del Lozoya, se pueden encontrar diversas variedades, como «setas de cardo y champiñón silvestre» en las praderas.

En las zonas de bosque bajo encinares, pinares y robledales encontraremos la «pie azul (lepista nuda)», «lepiotas (parasol)» y por supuesto los apreciados «níscalos (Lactarius deliciosus)» en los pinares.

En los robledales y pinares de pino rojo en las laderas de las montañas del Valle del Lozoya encontraremos diversas variedades de boletus y por supuesto el «boletus edulis» que por muchos es considerado como el mejor de los hongos.

Durante el paseo por el bosque encontraremos múltiples variedades de setas comestibles, no comestibles, toxicas e incluso mortales. La prudencia es el mejor consejo a tener en cuenta. Si no conocemos una especie, lo mejor es disfrutar de su belleza y dejarla en el bosque.

En nuestra foto de portada podemos ver una «Amanita muscaria» de gran belleza pero de una alta toxicidad.